Si sos hincha del RC Celta o seguidor de la Liga Europa, sabés que el regreso del equipo gallego al plano continental era esperado con entusiasmo. Sin embargo, el debut en el MHPArena de Stuttgart dejó más dudas que certezas. El conjunto dirigido por Claudio Giráldez cayó 2-1 ante un rival que supo imponer condiciones desde el primer minuto, dejando al Celta sin puntos y con la necesidad urgente de ajustar su propuesta futbolística.
Un regreso esperado, pero con sabor amargo
Después de nueve años sin competir en torneos europeos, el Celta volvió a escena con una plantilla renovada y expectativas altas. El rival, Stuttgart, llegaba con ritmo, presión alta y una afición encendida. El primer tiempo fue lo mejor para los de Vigo: lograron mantener el 0-0, aunque sin generar peligro real. El equipo alemán, dirigido por Sebastian Hoeness, controló el juego con autoridad y generó una sensación constante de amenaza.
Chema Andrés y Lorenz Assignon estuvieron cerca de abrir el marcador para los locales, pero la falta de precisión y el buen posicionamiento defensivo del Celta mantuvieron el empate hasta el descanso.
Stuttgart golpea y el Celta no reacciona
La segunda mitad comenzó con un cambio de ritmo. El Celta, sin posesión y a merced del rival, recibió el primer golpe: Badredine Bouanani marcó el 1-0 tras una jugada bien elaborada. Giráldez reaccionó con cuatro cambios simultáneos, buscando frescura y profundidad. Ingresaron Borja Iglesias, Williot Swedberg y Bryan Zaragoza, entre otros, pero el Stuttgart no bajó la intensidad.
Bilal El Khannouss puso el 2-0 con suspense incluido, ya que el VAR revisó la jugada antes de validar el tanto. El equipo alemán mantuvo su presión y cerró líneas, dificultando cualquier intento de remontada.
Borja Iglesias descontó, pero no alcanzó
El Celta encontró aire en los últimos minutos gracias a Borja Iglesias, que sigue en racha y marcó el descuento con oportunismo. Incluso Bryan Zaragoza tuvo la última jugada en el descuento, pero el empate no llegó. El equipo gallego mostró corazón, pero no logró imponer fútbol ni ritmo competitivo frente a un Stuttgart que fue superior en todas las líneas.
¿Qué debe mejorar el Celta?
La falta de posesión, la desconexión entre líneas y la escasa generación ofensiva fueron los puntos débiles del equipo español. Si el Celta quiere competir en Europa, necesita ajustar su sistema, mejorar la presión alta y encontrar una identidad clara que le permita sostener partidos de alta exigencia.
La Liga Europa no perdona, y cada punto cuenta. El próximo encuentro será clave para definir si este regreso continental será una aventura breve o el inicio de una nueva etapa competitiva.