Si seguís de cerca el conflicto en Medio Oriente, sabrás que cada dron, cada error técnico y cada declaración oficial puede escalar rápidamente. Esta semana, Israel lanzó una ofensiva aérea contra objetivos en Saná, capital de Yemen, en respuesta directa al ataque perpetrado por los rebeldes hutíes contra la ciudad israelí de Eilat, que dejó al menos veinte heridos. El incidente expuso una vulnerabilidad crítica: el sistema antimisiles israelí, conocido como Cúpula de Hierro, no logró interceptar el dron enemigo.
El ataque hutí y la respuesta israelí
El miércoles, un dron hutí logró impactar en Eilat, ciudad costera del sur de Israel. El sistema de defensa aérea no reaccionó a tiempo, y el artefacto logró sortear las barreras tecnológicas que suelen proteger el espacio aéreo israelí. El ministro de Defensa, Israel Katz, fue contundente: “Quienes nos hagan daño recibirán siete veces más daño”. Y cumplió.
Desde su avión presidencial rumbo a Nueva York, donde participará en la Asamblea General de Naciones Unidas, el primer ministro Benjamin Netanyahu ordenó los bombardeos. La ofensiva se dirigió contra lo que Israel considera “objetivos terroristas”: bases militares, arsenales y drones hutíes. Según fuentes israelíes, decenas de insurgentes murieron en el ataque.
Yemen denuncia crímenes de guerra
Del otro lado, los hutíes informaron que al menos ocho civiles murieron y 142 resultaron heridos. El portavoz del Ministerio de Sanidad hutí, Anes Alasbahi, comunicó que los equipos de defensa civil siguen trabajando en las zonas afectadas. En redes sociales, los rebeldes calificaron el ataque como “una flagrante violación del Derecho Internacional” y “crimen de guerra”.
Además, el líder hutí Abdulmalik Badradín al Huti acusó a Israel y Estados Unidos de intentar “subyugar a la región” y “eliminar todo obstáculo para sus intereses”. En su discurso televisado, denunció que Washington prepara “la próxima fase del proyecto sionista” y que busca aislar al pueblo palestino.
El error técnico que expuso a Israel
La Fuerza Aérea israelí admitió que hubo un “error” en el sistema de detección. El general Tomer Bar explicó que el dron fue identificado “relativamente tarde”, lo que impidió su interceptación. Aunque las sirenas antiaéreas se activaron, el sistema no respondió con la eficacia esperada.
Bar ordenó revisar la capacidad de detección e interceptación en la zona de Eilat. “Estamos determinados a acabar con cualquier amenaza contra los civiles del Estado de Israel, venga de donde venga”, afirmó.
Este reconocimiento público de vulnerabilidad es inusual en el discurso militar israelí, y podría tener implicancias estratégicas en futuras ofensivas o defensas.
El mar Rojo como nuevo frente de batalla
Los hutíes, aliados de Irán, han intensificado sus ataques contra Israel desde el inicio de la operación militar en Gaza. Estos ataques han afectado la navegación en el mar Rojo, una ruta clave para el comercio internacional. Según los rebeldes, sus operaciones han “bloqueado por completo la ruta”, lo que añade una dimensión económica al conflicto.
Israel, por su parte, considera que los ataques hutíes son parte de una estrategia regional coordinada por Irán para desestabilizar su seguridad. La respuesta militar busca disuadir futuros ataques, pero también enviar un mensaje a otros actores involucrados.