El Pequeño J, el narco peruano buscado por el triple homicidio en Florencio Varela.
Si seguís de cerca los casos de crimen organizado en la región, este episodio te va a estremecer. Las autoridades argentinas están tras los pasos del Pequeño J, también conocido como Julito, principal sospechoso del triple homicidio de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez. Las tres jóvenes fueron asesinadas brutalmente y enterradas en el fondo de una casa precaria en Florencio Varela.
El Pequeño J, oriundo de Perú, está acusado de organizar las torturas, mutilaciones y asesinatos. Según fuentes policiales, el trasfondo del crimen sería un ajuste de cuentas por el robo de cocaína a la banda de la que forma parte. Tras varios intentos fallidos de recuperar la droga, los agresores engañaron a las víctimas para que se subieran a una camioneta. Allí las asesinaron.
Un crimen transmitido en redes sociales
Lo más escalofriante del caso es que los delincuentes transmitieron parte de las mutilaciones en redes sociales. En uno de los videos, el Pequeño J aparece diciendo: “Esto es lo que pasa cuando alguien me roba”. La frase, además de confirmar el móvil del crimen, revela el nivel de impunidad con el que operan estas organizaciones.
Las imágenes fueron clave para reconstruir el momento del asesinato, pero también generaron conmoción pública y presión sobre las autoridades para capturar al responsable.
El paso por Uruguay
Según documentos oficiales, el Pequeño J ingresó a Uruguay el 28 de agosto a través de Buquebus y regresó a Argentina dos días después por la misma vía. Durante su estadía, estuvo en Punta del Este y Montevideo. Las autoridades uruguayas estiman que su visita fue “por paseo”, aunque no se descarta que haya mantenido contactos con redes criminales locales.
Hasta el momento, Argentina no ha solicitado información adicional a Uruguay sobre sus movimientos. Esta falta de coordinación preocupa, dado que se trata de un sospechoso de un crimen de alto impacto.
Un historial delictivo aún difuso
Las autoridades argentinas no tienen certezas sobre el historial criminal del Pequeño J en Perú, aunque rastrean pistas sobre sus movimientos previos al crimen. La falta de información oficial complica la investigación y refuerza la necesidad de cooperación internacional.
El caso pone en evidencia cómo los narcos pueden cruzar fronteras, operar en distintos países y ejecutar crímenes atroces sin ser detectados a tiempo.
¿Qué está en juego?
Este triple homicidio no es un hecho aislado. Es una señal de alerta sobre el poder del crimen organizado en la región, su capacidad de operar transnacionalmente y la debilidad de los sistemas de control migratorio.
La brutalidad del crimen, la transmisión en redes y la impunidad con la que el Pequeño J se movió entre países exigen respuestas urgentes. La justicia argentina sigue tras sus pasos, pero cada hora que pasa sin capturarlo aumenta el riesgo de que vuelva a actuar.